Los restos más antiguos conocidos en el actual término de Pereruela corresponden al periodo de la Edad de Cobre, hallados en el pago de “Los Hociles” destacando algún fragmento de cerámica decorado con motivo muy expansivos de la época a la que pertenecen algunas puntas de flecha de piedra tallada y hachas pulimentadas. De este mismo lugar y de otro llamado “Los Casales” proceden varios restos cerámicos identificados como pertenecientes a la 1ª Edad del Hierro, a la cultura del “Soto de Medinilla”.
Ya en el propio solar del actual caserío se han identificado restos inequívocos de época romana, como fragmentos de cerámica denominada “terra sigillata” (por tener en su fondo un sello con el nombre o marca del alfarero) de las variedades hispánicas y tardía un fragmento de Lucerna (tipo de lámpara romana) y otros restos variados, destacando una pequeña vasija de cerámica común rodeada de varios restos constructivos quizá formando parte de un enterramiento.
Así mismo se han encontrado restos cerámicos que, junto con algunos reseñados en el párrafo anterior, podrían indicar la continuidad del poblamiento desde el Bajo Imperio hasta la Alta Edad Media, periodo bien representado tanto en la cerámica como en las fuentes documentales, ya que se indican las fechas de 1085 para Sobradillo, 1157 para San Román como lugares de repoblación y en 1180-1190 se reseña que Pereruela ya tenía municipio. Este dato coincide con los análisis de la muestra cerámica y con la probable fecha de construcción de la Iglesia.
De esta época son las primeras noticias que se tiene sobre lo que ha dado fama al pueblo, su cerámica. Desconocemos lo que pasaba en épocas anteriores, pero a partir de la Edad Media se comienza a regular sobre los derechos del barro: el blanco o “caolín” y el colorado o “bermejo”.
La extradición del primero no parece haber planteado problemas ya que además de la particular, había una barrera comunal.
Sin embargo con el bermejo parece que la situación era distinta, aunque lo que se suele decir sobre las quejas por su apropiación, parecen ser inexactas. El barro estaba dividido en dos clases: de calongía o del Cabildo y de caballería, pertenecientes a las clases poderosas. Los derechos de la primera clase pertenecían en su totalidad al cabildo y los de la segunda estaban divididos en cuartos que pertenecían a diferentes particulares e instituciones. El barro se explotaba anualmente por cuartos, un año cada uno, aun cuando uno tuviera tierras en ese cuarto.
Cada primero de Mayo se reunían los propietarios en Pereruela para fijar el precio de los arrendamientos. Si algún alfarero trabajaba barro del año anterior podría ser multado, ya que había que devolverlo y pagar nuevamente por nuevo arrendamiento, entonces podría extraerlo de nuevo de cualquier parte, siempre que fuera del cuarto en uso de ese año, el único requisito era rellenar el hueco ocasionado.
A mediados del S. XVIII parece que los derechos del barro los tiene una sola persona.
En ese mismo siglo el término de Pereruela tiene una extensión de 2.247 cargas de las que unas 39 no son cultivables. Este terreno de labor estaba concentrado en pocas manos como consecuencia de la herencia medieval. Un 34 estaba en manos eclesiásticas y del resto, el 66 un 31 era de la familia Docampo, el 25 de diversos forasteros, el 15 del Concejo, y el 8 del común, dejando para los 51 labradores que quedan el 21. Además la Catedral de Zamora recibía una tercera de todos los diezmos, de los que una parte, era para pagar al cura. También se recibía ingresos por el uso de molinos y por las cofradías.
Por su importancia merece destacar el mayorazgo de los Docampo, que era la familia de más importancia del pueblo. Pertenecía a la nobleza y tenían casa solariega. Algunos nacieron y se casaron en el pueblo donde tenían grandes propiedades y derechos. En un principio la familia importante fue la de Pereruela, uno de cuyos miembros Pedro de Pereruela, era en 1480, alcaide del Alcazar de Zamora y Torres del puente, en su recuerdo todavía queda el escudo de armas de un solo cuartel con cinco aguas en el ábside de la iglesia. Los Docampo se reconocen herederos de esta familia en varios documentos del S. XVII.
Las posesiones de los Docampo eran muy amplias y abarcaban tierras y bienes en diversos lugares de Salamanca y Zamora, tanto en la provincia como en la capital. Incluso llegaron a fundar un hospital benéfico en el pueblo. El siguiente hito importante en la historia del pueblo ocurre bajo el reinado de Felipe V, en 1738, con la recompra del terreno del pueblo a la corona. En un principio se excluyeron los terrenos comunales pero acabaron vendiéndose también.
El mayorazgo de los Docampo se extinguió a finales del s. XIX, quedando repartido entre varios propietarios, dando paso con el tiempo, a la situación actual.
Parte de este texto se debe a la labor blibliográfica del investigador local Ramón M.Carnero