Hace miles de años, los moradores de los Hociles, molían el gran en pequeños molinos nabiformes. Posteriormente, los habitantes de Los Casales y Los Castillos lo hicieron en molinos redondos, también manuales. El siguiente paso, aprovechando la fuerza del agua, fueron los ya mencionados de La Ribera y las aceñas del río.
Por último, a comienzos del siglo XX, Rufino González construyó la primera fábrica de la provincia de Zamora movida por energía eléctrica –conocida popularmente como Molino de Bárate-, a la que abastecía con la electricidad producida en su aceña del río transformada en central. El excedente de energía, también convirtió a su propietario en industrial de la electricidad. Y desde el Molino de Bárate, donde tenían un centro de transformación, dotó a los pueblos de alrededor (Pereruela, Sobradillo, Arcillo, Sogo y Malillos) alumbrado eléctrico. Hoy el Molino de Bárate es una casa rural-museo.